Sinopsis
Un maestro visita a uno de sus alumnos más queridos para anunciarle su próxima partida por una peligrosa expedición, en busca de remedios para erradicar la epidemia que esta devastando a su pueblo. Se entera entonces de que la madre de su alumno esta también contaminada. Deseoso de salvar a su madre enferma, el joven alumno insiste en sumarse al grupo de estudiantes que lo acompañará. El maestro, primero radicalmente opuesto a esta idea, se ve obligado a aceptar ante la infalible determinación de su pupilo. A mitad del camino, el joven se enferma a su vez y, agotado, no puede seguir con el viaje ni tampoco regresar al pueblo. El colectivo se encuentra entonces frente a un profundo dilema: hacer marcha atrás y regresar al joven a su casa, y por lo tanto comprometer la vital expedición, única esperanza de una sociedad moribunda, o abandonarlo y seguir adelante en busca del remedio. Consciente de la importancia de la expedición, el joven decide enfrentar su cruel destino. Pero, asustado por la idea de una lenta y solitaria muerte, exige de sus acompañantes que lo arrojen en el valle. La obra se termina por esta trágica acción, no sin antes recordar el heroísmo de su compañero.
Inolvidable – Luz-Emilia Aguilar Zinzer (EXCELSIOR)
Opera para las escuelas de Bertolt Brecht
Inspirada en la obra tradicional japonesa “Taniko”, “El que dijo sí” sucede en un lugar y un tiempo desconocidos. La pregunta tanto ética, filosófica, como social que nos hace Brecht en esta obra es extremadamente sencilla: ¿es más importante el individuo o el colectivo? Una pregunta esencial que no deja de tener relevancia en todas las épocas, y quizás más aún en la era del individualismo exacerbado.
La pieza didáctica “El que dijo sí” es la única obra que el dramaturgo alemán haya explícitamente escrito para el público joven. Cuando Brecht montó y presentó esta obra en escuelas, los niños se opusieron rotundamente al sacrificio del personaje principal, por lo que Brecht decidió escribir la contraparte a “El que dijo sí”. Este ejercicio dialéctico y didáctico se llama “El que dijo no”. De esta manera ofreceremos al público la posibilidad de expresarse, de abrir un espacio no sólo a la reflexión o al diálogo sino a su participación, dejándoles la libertad de decidir el desenlace de la obra.
No cabe duda de que esta experiencia ofrecerá al público joven un acontecimiento teatral particularmente original y atractivo, además de cumplir con una función no solamente artística, sino profundamente social, volviendo a considerar el teatro como un acto de comunicación, de encuentro, de comunión entre actores y espectadores invitados a pensar juntos la sociedad y el mundo que comparten y construyen día a día. Sea cual sea el desenlace elegido por los jóvenes, un acto colectivo se abrirá en cada función, incitándolos a participar activamente sobre un cuestionamiento profundamente humano que fomente su capacidad crítica y su participación activa en la sociedad.
Una pieza didáctica interdisciplinaria
danza, música y artes visuales
Estamos convencidos de que un teatro de carácter ético-social no tiene por que alejarse de la exigencia estética. El que dijo sí/ El que dijo no, tiene como fuente de inspiración una imagen medular de la Danza Butoh que puede describirse como: “un cuerpo rígido y de pie, luchando desesperadamente por la vida”. Esa imagen, que surge de los cuerpos moribundos que emergieron después de la caída de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, marcará el inicio de la obra como el planteamiento del paisaje epidémico del que parte el conflicto.
Para la realización de esta Ópera moderna, el genial compositor Daniel Hidalgo (ganador de 2 premios Arieles) y tres de los mejores músicos balkánicos de México, como son Alexander Daniels (acordeonista pródigo), Tomás Fernández (el bajista más prolífico de la música balkánica nacional) y Ernesto Juárez (baterista enloquecido), adaptaron libremente los temas originales de Kurt Weill en un refrescado estilo balcánico, interpretado en vivo por estos cuatro excepcionales músicos.
Inspirados en las estampas tradicionales japonesas (Ukiyo-e), la escenografía, el vestuario, el video y la iluminación nos tranportan hacia tierras imaginarias y recorren, junto con los personajes, paisajes llenos de colores y texturas que nos remiten al país del sol naciente, origen misma de la obra de Brecht.

Sobre el autor
Bertolt Brecht vino al mundo un 10 de febrero de 1898 en la bávara ciudad de Augsburgo. Iba para médico : inició sus estudios universitarios en la Facultad de Medicina de la Universidad de Munich, pero en 1916 la Gran Guerra se cruzó en su camino y tuvo que incorporarse a filas como enfermero en un hospital militar. Esta anécdota es clave en la biografía de Brecht : la impresión que recibió al tener que asistir a los heridos de guerra fue brutal y durante toda su vida odiará los conflictos bélicos, que le apartarían de su profesión. Así, tras la derrota de su país, Alemania, escribió sus primeros poemas de fuerte espíritu revolucionario y ya de una incuestionable calidad lírica, a la par que conquistaba, por las ideas transformadoras en que se inspiraba y por su lenguaje realista, la mayor popularidad entre las clases que anhelaban más ardientemente una renovación social. Destaca el poema Legende vom toten Soldaten, (Leyenda del soldado muerto), poema inequívocamente agitatorio y de crítica social, donde un soldado, enterrado hace tiempo, es exhumado y declarado apto para el servicio por los médicos militares y enviado al frente. Este poema fue rechazado por el editor de Brecht en 1922, al igual que toda la colección de poemas, y no pudo ser publicado, tras sustanciales modificaciones y complementos, hasta 1929.
En lo que a la escena se refiere, en 1919 escribió su primera producción : Baal, representada en 1922. Un año después, 1923, fue contratado como ayudante de director de escena por Max Reinhardt, director del Deutsches Theater de Berlín (Teatro Nacional Alemán). En este mismo teatro y en el mismo año estrenó su segunda obra : Trommeln in der Nacht (Tambores en la noche), compuesta en 1920 y con la que consiguió el prestigioso Premio Kleist. Esta obra constituye un rudo ataque contra la burguesía oportunista de la posguerra y en la que introducía ya detalles que incitaban al público a no dejarse arrastrarse emocionalmente por los acontecimientos. Era el «efecto del distanciamiento», recurso dramático empleado ya en el teatro medieval y asiático con el objetivo de «sustraer lo representado a la intervención del espectador». Pero la originalidad de Brecht resulta del planteamiento inverso de este «efecto» : animar al espectador mediante el distanciamiento a intervenir y transformar las cosas. Para el crítico Roland Barthes, Brecht ilustró y justifico brillantemente el estatuto semántico del teatro. Comprendió que el hecho teatral podía abordarse desde el punto de vista cognitivo y no emotivo. Concibió al teatro desde el punto de vista intelectual y abolió la distinción mítica entre creación y reflexión, naturaleza y sistema, corazón y cabeza… ; Su teatro no es ni patético ni cerebral, simplemente es un teatro fundado. Estas dos obras junto a otras de su primera etapa como son Im Dickicht der Städte (En la jungla de las ciudades, 1921), Aufstieg und Fall der Stadt Mahagonny (Ascensión y caída de la ciudad Mahagonny, 1928-29) se sitúan más bien en la onda expresionista y son, según palabras del mismo Brecht, «una crítica nihilista de la sociedad burguesa».
El marxismo:
La segunda etapa del Brecht dramaturgo se sitúa en 1929, año en el que se aproxima a los movimientos de tintes marxistas. El teatro didáctico coincide con su aproximación a la clase obrera y al marxismo. A partir de ahora vincula las formas dramáticas al pensamiento político : Badener Lehrstück vom Einverständnis (Ejemplo badense de la convivencia, 1929) Der Jasager und der Neinsager (El que dice que sí y el que dice que no, 1929-30), Die Maßnahme (La toma de medidas, 1930), Die Ausnahme und die Regel (La excepción y la regla, 1930), Die Mutter (La madre, 1930) Die Heilige Johanna der Schlachthöfe (Santa Juana de los Mataderos, 1929-93)…etc. El teatro se torna cada vez más en un espectáculo épico donde los actores se distancian de los personajes y adoptan una actitud crítica («se puede influir socialmente en el actor, en tanto ejecuta ciertas formas de comportamiento, adopta ciertas actitudes, reproduce ciertos parlamentos, etc. (…) La actuación se convierte en un proceso de aprendizaje que se distingue por la imitación y la crítica.»), donde lo social ha de determinar el pensamiento y el espectador ha de tomar partido en la obra, se plantea el problema pero no se da la solución, se «formula» pero no hay «respuesta». Todas las obras de Brecht terminan implícitamente con un «buscad la salida» dirigido al espectador. Es un teatro didáctico y más ideológico que muchos otros. Toma partido acerca de la naturaleza, el trabajo, la historia, la guerra, la alienación y también habla sobre el racismo y el fascismo (son los años previos al nazismo y de la irresistible ascensión de Hitler al poder. Para Brecht el teatro va a ser un campo más de batalla donde se libra la lucha entre comunistas y fascistas).
Para la puesta en marcha de este nuevo teatro didáctico o épico Brecht se sirvió de la ayuda de nuevos aparatos, también llamados métodos «épicos» : la radio, el cine, la linterna mágica…. La función de estos nuevos artilugios era la de llevar a cabo un nuevo «experimento sociológico» : representar la obra desde el punto de vista de la objetividad gracias al control que los actores ejercen sobre sí mismos a la hora de actuar, se distancian de sí mismos y del objeto de su representación, estimulados a reflexionar sobre la utilización creativa de los nuevos medios al mismo tiempo que los actores puedan apreciar la dimensión comercial, tanto desde el punto de vista social como económico, de la utilización de los mismos. «La película -escribió Brecht- era un nuevo y gigantesco actor que ayudaba a narrar los hechos. Mediante su concurso, como parte integrante de la atmósfera escénica, podían mostrarse documentos, cifras y estadísticas. Y verse juntos hechos simultáneos en distintos lugares.»
Oposición al III Reich y exilio:
En 1931 Hitler gana posiciones y aliados. La «humillación de Versalles» y la crisis económica del 29 logran que no sólo la derecha alemana se agrupe en torno al NSDAP (Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán) sino que tanto la banca como la industria así como el mismísimo presidente de la República, Paul von Hindenburg, no ocultan sus simpatías con los nazis . No resulta extraño que en este ambiente pre-nazi se empiece a perseguir las representaciones teatrales de Brecht y ya en el citado 31 la policia limita a su compañía a la mera representación de lecturas públicas. Anecdótico de esta etapa de pre-censura y represión es la puesta en escena de Santa Juana de los Mataderos. Esta obra, inspirada en la crisis económica estadounidense en la que se critica el sistema de monopolio y ambición capitalista que pone en solfa y desprecio a los derechos de los trabajadores por mejorar un poco sus condiciones de vida, sólo se llegó a representar en la ciudad de Darmstadt, pero incluso allí la misma noche del estreno el teatro fue asaltado por bandas armadas que dispersaron al público.
Perseguido por su declarada oposición al nacionalsocialismo, Brecht se vio privado de sus derechos de ciudadano alemán y fue detenido enviado en calidad de preso político a un campo de concetración del que logró fugarse en 1935. Este año abandonó su país, Alemania, al que no regresaría hasta 1948. Este destierro le hará conocer y viajar por países como Francia, Dinamarca, Finlandia, Estados Unidos y Suiza. Durante este período no dejará de escribir obras teatrales y novelas de marcado carácter antifascista. A esta etapa corresponden grandes títulos como : Die Rundköpfe und die Spitzköpfe (Cabezas redondas y cabezas puntiagudas), sátira contra las teorías racistas del nazismo, Die Gewehre der Frau Carrar (Los fusiles de la señora Carrar, 1937), drama inspirado en nuestra Guerra Civil que cuenta la como la señora Carrar, mujer de pescador español, intenta evitar que su hijo luche contra los fascistas y le envía a la mar a pescar. Pero allí, indefenso, le matan los nacionales. La señora Carrar entrega a los compañeros los fusiles que tenía ella escondidos en casa y se va al frente a luchar por la causa republicana. Con esta obrita, Brecht quiso demostrar que la lucha contra el fascismo era inevitable y debía llevarse solidariamente. Der aufhaltsame Aufstieg des Arturo Uli (La irresistible ascensión de Arturo Uli, 1941), Furcht und Elend des Dritten Reiches (Terror y miseria del Tercer Reich, 1935-38), Das Leben des Galilei (La vida de Galileo Galilei, 1938), Mutter Courage und ihre Kinder (Madre Coraje y sus hijos, 1939), Herr Puntila und sein Knecht Matti (El señor Puntila y su criado Matti, 1940), Schweyk in der 2. Weltkrieg ( Schweyk en la II Guerra Mundial, 1944)… etc. suponen un punto culminante de la literatura alemana en el exilio y muestran el mejor Bertol Brecht que rompe con la concepción aristotélica de la tragedia («catarsis» o purificación por el terror y la piedad) y con la hegeliana del drama (el conflicto en torno al cual gira una obra ha de encontrar su resolución en la conclusión de la misma). Con estas obras, Brecht crea un teatro político, a la par que didáctico y ameno. Brecht invita al público a ver una obra no ficticia sino real y consigue que éste tome una actitud crítica respecto a lo que han visto en el escenario, distanciándose de lo representado, convirtiendo lo visto en escena en acción y transformación social. De nuevo el efecto del distanciamiento … : frente a la amenaza fascista Brecht experimenta y da vigor a nuevas formas literarias tomando como base el realismo, no en abstracto, sino el realismo viviente.
La actividad poética de Bertol Brecht durante su exilio es también loable. Compone «A los hombres futuros», poema comprometido al igual que «La literatura será sometida a investigación» : Pero a la vez serán ensalzados/ los que en el suelo se sentaban a escribir/ los que se unieron a los de abajo,/ los que se unieron a los combatientes.
En 1947, recién nacida la «guerra fría, y por lo tanto, en plena «caza de brujas» anticomunista, Brecht abandona Estados Unidos, país donde colaboró con un compatriota suyo, Frizt Lang, en algunos guiones cinematográficos, tras comparecer ante la comisión que investiga las actividades norteamericanas. Tras la etapa norteamericana vendrá Suiza, país desde el que gestiona la adopción de la nacionalidad austríaca. La invitación de las autoridades de la República Democrática Alemana decide el resto de su vida : en 1949 se instala en el Berlín soviético. Es en este viejo Berlín, todavía no dividido, donde junto con su segunda mujer, la actriz Helene Weigel, da vida a uno de los puntales del teatro actual : el Berliner Ensemble. La última década de su vida la dedicó fundamentalmente a redactar escritos teóricos, realizar adaptaciones de obras de autores clásicos y a estrenar las propias. Incluso llevó a cabo la representación de alguna ópera como Das Verhör des Lukullus (La declaración de Lúculo, 1951). Un 14 de agosto de 1956, cuando se hallaba ensayando la representación de Vida de Galileo, un paro cardíaco acabó con su vida. El Teatro, con mayúsculas, nacía.
© Cristina Pestaña Castro 1998
El URL de este documento es http://www.ucm.es/info/especulo/numero9/b_brecht.html
Equipo Artístico
libremente inspirada en la música de Kurt Weill
Dirección: David Psalmon
Muzicalización: Daniel Hidalgo y Alexander Daniels Basasa
Diseño de escenografía: Aura Gomez Arreola
Diseño de vestuario: Adriana Olivera
Diseño de iluminación: Sergio López Vigueras
Coreografía y asesoría en Danza Butoh: Eugenia Vargas
Diseño de Producción: Gerardo Tagle
Videoarte Daniel Ruiz Primo
Asistente de dirección: Esaú Corona
Con los actores, músicos y bailarines:
Beatriz Luna, Ricardo Rodríguez, Sergio Ramos, Alejandro Morales, Victor Maraña, Rubén
Olivarez, Felipe Madrigal, David Psalmon, Alexander Daniels, Daniel Hidalgo, Ernesto Juárez,
Tomás Fernández, Malú Macareno y Aura Gómez Arreola.

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Opiniones y comentarios
La entrega, el trabajo corporal que logra el conjunto en el cuadro descrito, resultan inolvidables. (…) El conjunto fluye, atrapa la atención por la armonía y el cuidado trabajo gestual. La música en vivo, en composición original de los mencionados Hidalgo Daniels, resulta una afortunada presencia. El público en la función a la que asistí, animó un intenso, estimulante debate. (…) El que dijo sí/el que dijo no, en versión de TeatroSinParedes está lejos de ser una clase canónica de las técnicas de Brecht. Lo que se propone y logra es una refrescante y esperanzadora provocación para el debate, para la reflexión colectiva. Ojalá esta puesta en escena extienda su temporada y siembre en jóvenes y adultos la inquietud por asumir la responsabilidad que tenemos todos sobre el destino propio y de la sociedad en que vivimos.
Luz Emilia Aguilar , EXCELSIOR
Otra de las magníficas intervenciones de David Psalmon con TeatrosinParedes, es El que dijo que si, el que dijo que no, un tremendo ejercicio escénico que resultó una de las mejores experiencias teatrales que el público capitalino vivió este año en el Benito Juárez. (…) Un planteamiento escénico muy interesante donde surgen dos finales distintos y la decisión final la tiene el público. Las obras de Psalmon, se pueden calificar como ejercicios completos que en su desarrollo llevan ese impecable movimiento escénico resultado de una muy acertada dirección que de la mano de los actores descubre esos personajes que el autor ha dibujado.
Claudia Magún, Interescena
Acorde a la anecdota ubicada en un oriente mitico, la produccion esta diseñada de manera minimalista con un estilo visual basado en la pureza de linea y color del arte pictorico asiatico. (…) Este adecuado y bello ambito escenico es obra de Aura Gomez. Lo mismo puede decirse del vestuario oriental creado por Adriana Olivera, muy bien resuelto. Inspirado en vestuarios japoneses es realmente adecuado y atractivo. (…) Un montaje muy bien realizado dentro de los canones del teatro epico brechtiano, gran trabajo de David Psalmon. (…) La compañia Teatro Sin Paredes, exhibe un muy buen nivel actoral y un buen desarrollo tecnico, confirmándose como uno de los grupos escenicos mas solidos de nuestro pais.
Tespis/acptteatro.blogspot.mx , Asociación de Críticos y Periodistas Teatrales
La puesta en escena «El que dijo sí, el que dijo no» de David Psalmon y la compañía TeatroSinParedes; es una notable muestra de la evolución del teatro partiendo desde su esencia. Es decir que rompe las barreras con el público, la llamada cuarta pared. Un momento en el que el público tiene la última palabra sobre el futuro de los expedicionarios, una confrontación con nuestra idea del bien colectivo y la solidaridad. Sin lugar a dudas, se trata de un montaje necesario en estos tiempos convulsos, faltos de reflexión y pensar colectivo. Mención a parte merece la música, un personaje más que se inserta en la psique para seguir resonando aún terminada la función.
Saraï Campech , Canal 11
Cuando el sábado salimos mi familia y yo del teatro Benito Juárez, mis hijos no dejaban de discutir. ¡Una tarde enriquecedora, una puesta en escena muy bien hecha! ¡Para toda la familia! Y el público se sorprenderá de cuánto tiempo seguirán resonando las escenas.
Beatriz Reyeros Bienert , Revista Humboldt (Alemania)
Psalmon divide en cuatro partes su muy cuidada escenificación (…) La escenografía diseñada por Aura Gómez Arreola, consiste en dos marcos para las escenas de la aldea y en bloques que formarán la montaña y un tronco de árbol del final, movidos al mejor estilo oriental por los hombres negros o “sombras”.
Olga Harmony , La Jornada
Los diálogos son concretos, sin ninguna redundancia, el escenario y vestuario cumplen perfectamente con la función de transportarnos a esos lugares del pueblo nipón. Cabe destacar la interesante intervención musical en vivo en la segunda parte de esta extraordinaria puesta en escena.
Paola Guzman , revistad-arte.com